miércoles, 15 de agosto de 2012

¿Y si nos bajan los salarios?


Hacía meses que no había vuelto a escribir en el blog, pero un artículo me ha hecho plantearme un argumento básico que quiero compartir con vosotros, y no es otra cosa que la reducción de salarios.

En este contexto, en Agosto de 2012 se ha planteado por parte de Europa la necesidad de una bajada de los salarios, cosa que a priori, y según el devenir que está teniendo toda esta situación, se llevará a cabo casi con toda seguridad.

Así, el dogma actual se encamina en la necesidad de bajar los salarios, lo que teóricamente se convertirá en un aumento de la competitividad económica. La otra opción sería la devaluación de la moneda, pero al estar en una política monetaria común, esta opción se plantea inviable. Con esto se permitiría abaratar el precio de los productos y ser más atractivos de cara al exterior.

En este punto, me hago una serie de preguntas a las que intento dar respuesta:

¿En qué se basa el dogma?

El dogma está basado en la fe y no en evidencias científicas. En este sentido, NO está realmente comprobado que este sea la forma real de mejorar la situación actual. Un dato que por ejemplo se podría dar es que en el caso de aceptar la devaluación doméstica, una opción sería hacerlo afectando a los beneficios empresariales, y no a los salarios. Esto es del todo imposible en estos días, ya que se considera básico de cara a las exportaciones à Creencia, no afirmación y por tanto, sujeto a posible error.

¿Cómo están evolucionando las demandas domésticas de otros países?

He aquí uno de los problemas más graves a los que nos vamos a enfrentar y que podrían demostrar la tendencia errónea que se está siguiendo. Actualmente, hay una política generalizada de bajada de salarios en Europa. Partimos de la premisa que los principales importadores de nuestros productos (Francia, Alemania, Portugal o Grecia, entre otros) prevén disminuir su demanda en los próximos tiempos. Si a esto se le une una caída de la demanda interna debido a la bajada de salarios, destrucción de empleo y disminución del gasto público, entonces, nos dirigimos posiblemente a una agravación de la recesión.

¿Están las exportaciones compensando la caída de la demanda interna?

La respuesta es NO. Los datos existentes dicen efectivamente que la apuesta por la demanda externa está perdiendo la partida contra la demanda interna, la cual debilita en gran medida la recuperación económica de nuestro país.

¿Hay algún ejemplo sobre esta situación?

El primero sería Grecia, gran exportador antes de iniciarse la crisis en 2008. Los salarios han bajado pero ello no ha supuesto ni un crecimiento de las exportaciones ni de las inversiones. Lo único que ha subido han sido los beneficios empresariales que se han disparado alcanzando una cifra equivalente a un 12% del PIB griego. Mientras, la economía griega está yendo de mal a peor.

En el caso de Latinoamérica, en su momento se apostó por la demanda interna como eje para salir de la crisis en la que estaban años atrás. Actualmente, son varias de sus economías las que mayor crecimiento tienen a día de hoy.


Con estas reflexiones, lo que quiero hacer ver es que hay más caminos que se pueden utilizar para salir de la crisis actual, y que no necesariamente ciertas medidas que se están tomando son las adecuadas. Sin embargo, solo el tiempo dirá si se estaba en lo cierto.

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